Se ubica en una parcela de propiedad municipal en la calle Riberas del Ebro, que tiene una superficie de 10.248 m2, de los cuales se han utilizado para este centro aproximadamente 3.000 m2.
La obra, ejecutada en base a un acuerdo entre el Equipo de Gobierno y Miranda Puede, da respuesta a las antiguas instalaciones de la actual perrera y también permite, no sólo responder a las necesidades de alojamiento para los animales, principalmente perros y gatos, en estado de abandono, sino que también permite el uso para la promoción, concienciación y difusión de la protección animal con la inclusión en el centro de un aula educativa.
El presupuesto total invertido, entre obras, alarma y mobiliario, suma una cifra de 480.294,98 euros.
El nuevo centro se considera de larga estancia y está dotado de dependencias para realizar actividades de promoción y difusión de la protección animal con el objetivo de reducir el abandono de animales y, en caso de producirse, fomentar la adopción. Existirá un aula donde se recibirá a colegios y otros colectivos para la realización de charlas y actividades de concienciación y conocimiento del mundo animal.
El complejo se articula en torno a sus dos elementos principales: el albergue de animales y el centro de gestión. El resto de instalaciones son construcciones subordinadas a ellos y en conjunto son:
1- Centro de gestión administrativa, consulta clínica, quirófano para intervenciones quirúrgicas menores, hospitalización/cuarentena y aula, vestuarios y aseos
2.- Nave de caniles con espacio exterior
3.- Estancias de gatos con espacio exterior
4.- Zonas de esparcimiento y ejercicio
5.- Acceso y aparcamiento
6- Lavadero y punto de desinfección de vehículo.
La distribución de los distintos espacios ha tenido en cuenta el funcionamiento de un centro de este tipo, separando las zonas para los visitantes de las utilizadas por el personal del centro en su tratamiento diario con los animales, buscando la independencia de ambas con el fin de garantizar el confort de los animales y evitarles estrés innecesario.
Se pretende, por un lado, que los visitantes tengan un acceso restringido a zonas específicas donde se puedan relacionar con los animales seleccionados por el personal y, por otro lado, se desarrollen las labores propias de recepción, mantenimiento y atención de los animales sin interferencias externas.
La zona de visitantes es la parte más accesible y orientada al sur con el aula como punto de recepción de visitantes desde la calle y la zona exterior, para la interacción con los animales seleccionados.
Las dependencias para la gestión del centro se distribuyen con el mismo criterio de búsqueda de independencia y privacidad entre visitantes y animales, con el vestíbulo y la administración al sur y los espacios para recepción y cuidado de los animales al norte con acceso desde el exterior y conexión con la zona de carga y descarga y los alojamientos.
Se plantean dos zonas de alojamiento diferenciadas para perros y gatos, evitando el estrés por el contacto entre ambas especies. Todos los alojamientos disponen de un espacio exterior que en el caso de los perros es para cada canil y al que se accede mediante puerta guillotina accionable desde el pasillo central facilitando la manipulación de los animales y la limpieza. Los caniles tienen una superficie en el interior y en su zona exterior de aproximadamente 2×2 metros para albergar uno o más animales según tamaño y afinidades.
Se disponen canales en el pasillo central y fuera de los caniles exteriores que recogen, gracias a la pendiente adecuada de los suelos, las aguas y residuos de los baldeos o riegos realizados para la limpieza o desinfección. Los materiales empleados son aptos para soportar la actividad de los animales y las operaciones de limpieza.
La nave tiene la altura y los huecos practicables, uno por cada canil, suficientes que permiten la correcta ventilación del espacio. Los cerramientos cuentan con aislamiento térmico.
Además los perros cuentan con zonas de ejercicio anexas a los caniles que se pueden compartimentar para posibilitar la agrupación o no de animales según su afinidad. Estas zonas de ejercicio están acabadas con material de fácil limpieza y desinfección al igual que los caniles. Existe un patio de mayor tamaño, de esparcimiento, con acabado natural.
Todos los espacios están vallados de manera que se garantiza la seguridad de los animales y su reclusión.
Cristina Ferreras, portavoz del Grupo Municipal Podemos, manifestó: “Desde Podemos consideramos que Miranda como ciudad gana mucho con esta nueva infraestructura municipal. Unas instalaciones modernas para el bienestar animal que reemplazarán a la actual perrera que está tan sumamente deteriorada. Nos gustaría resaltar, además de las estancias propiamente para perros y gatos, la construcción de un aula que servirá para fomentar entre el alumnado mirandés el respeto a los animales y también la realización de cursos o charlas relacionadas con la protección animal.”
“Este es un equipamiento muy importante para la ciudad. Ya era hora. Ya les tocaba a los animales. Con estas instalaciones mejoramos muchísimo las condiciones de la actual perrera, ya totalmente desfasada. Y además se pone en marcha un servicio que aborda también aspectos como el cuidado de los animales y la concienciación sobre la protección animal”, resaltóla Alcaldesa, Aitana Hernando, quien añadió: “Agradezco a Miranda Puede su propuesta de acuerdo con el Equipo de Gobierno del PSOE, gracias al cual, este Centro de Bienestar Animal es una realidad”.