Tras las obras de mejora culminadas por el Ayuntamiento, la residencia para personas sin hogar retoma su actividad por parte de Cáritas Miranda, que gestiona la misma.
Seis plazas son las que están disponibles en este recurso residencial cuyo objetivo es la integración de personas en diferentes grados de exclusión social. Al mismo acceden personas que han sido atendidas, inician un proceso de inserción y se comprometen a recuperar un estilo de vida no itinerante, más estable y autónomo.
Los trabajos realizados por el Ayuntamiento han consistido en varias actuaciones:
– Aislamiento térmico del techo y las paredes, con la colocación de paneles aislantes y el trasdosado de los panes del perímetro exterior.
– Cambio del suelo, de puertas y colocación de ventanas con doble aislamiento y rotura de puente térmico.
– Pintado de paredes y techos
– Nueva instalación eléctrica y cambio de luminarias por otras de menor consumo.
– Nueva calefacción (radiadores eléctricos de bajo consumo)
– Sustitución de puerta de entrada, ampliando su tamaño.
– Ampliación de cocina, con alicatado, cambio de suelo y nuevos electrodomésticos.
– Renovación completa de aseos con ducha adaptada.
– Arreglo de canalones.
– Rampa de entrada.
Por su parte, Cáritas se ha hecho cargo del mobiliario de la sala de estar y habitaciones de la residencia.
Este equipamiento forma parte del Servicio Integral a Transeúntes y Personas sin Hogar para cuya gestión el Ayuntamiento tiene un convenio con Cáritas, y que en 2014 supuso una cantidad de 80.462,59 euros.
Cáritas interviene en este recurso con la dedicación de un trabajador social, 3 monitores para el apoyo de actividades y el cuidado de noche, además de una cocinera para el servicio de comedor. Las personas atendidas acuden a los talleres ocupacionales de Cáritas como parte de su proceso de integración y tienen un seguimiento diario.
“Este servicio está destinado a aquellas personas que no pueden conservar o acceder a un alojamiento adecuado, permanente y que proporcione un marco estable de convivencia, ya sea por razones económicas o sociales, o bien porque presenten dificultades personales para llevar una vida autónoma, además de iniciar programas de inserción tras la ruptura del sistema de vida itinerante. Presta los servicios de albergue, comedor, mini-residencia, taller ocupacional, piso y unidad mínima de exigencia”, explica la concejala de Servicios Sociales, Aitana Hernando.
Este recurso, único en la ciudad, promueve procesos asistenciales y de recuperación personal y social a transeúntes en función de los distintos programas y módulos de intervención personal, de formación ocupacional, de formación y cultura general, de formación para el empleo, etc…