El Instituto Municipal de Historia de Miranda de Ebro nació en 1983 gracias a la iniciativa del profesor Ramón Ojeda San Miguel y a la buena acogida del alcalde, Julián Simón Romanillos. A lo largo de sus veintisiete años de existencia, han formado parte del mismo profesores universitarios, maestros, licenciados e interesados por la historia de Miranda de Ebro. El Instituto fue siempre una institución pública y municipal en la que sus miembros dedicaron su tiempo, energía y, sobre todo, conocimientos de forma totalmente altruista. Tuvo su sede en una de las dependencias del antiguo Colegio de las Josefinas.

Sus objetivos más importantes fueron potenciar la investigación sobre la historia, el arte y las tradiciones de nuestra ciudad y de la comarca natural que la rodea, su divulgación entre los ciudadanos a través de la revista López de Gámiz, de libros y conferencias, y de fomentar la conservación del patrimonio histórico y artístico de la ciudad mediante redacción de informes y concesión de premios.

El primer número de la revista “López de Gámiz. Boletín del Instituto Municipal de Historia”, llegó a manos de los mirandeses en abril de 1984 y el último, el número XXXVII, apareció en 2004. Sus artículos, firmados por investigadores mirandeses y de otras zonas limítrofes como Burgos, Álava y La Rioja, son trabajos científicos alejados del eruditismo local y han tocado aspectos de la historia social, política, económica o del arte de la ciudad, de su comarca y de zonas vinculadas geográfica e históricamente con ella. Fruto de su calidad son los numerosos intercambios realizados con revistas de otras instituciones culturales burgalesas, alavesas, riojanas o aragonesas.

En 1984 el Instituto publicó el primero de sus libros, “El Románico en Miranda y su comarca” y, tras él, otros muchos sobre arte, la segunda República, la Miranda de comienzos del siglo XX, el ferrocarril, las fábricas de luz, los molinos, el chacolí, San Juan del Monte, los relojes, escultura, el fútbol, Fefasa, la plaza de toros y otros muchos entre los que debe quedar como hito destacado el libro “Historia de Miranda de Ebro” publicado en 1999 para conmemorar la concesión del fuero. Su último libro, “Miranda de Ebro ciudad. Un título para una villa”, realizado en 2007, conmemoraba los cien años de la concesión del título de ciudad a Miranda. Otras publicaciones divulgativas sobre el ayer y el hoy de la ciudad, numerosas colecciones de fotografías antiguas o exposiciones sobre la mujer en Miranda de Ebro llenaron un vacío sobre las tradiciones y el pasado reciente de los mirandeses.

Las charlas y conferencias en barrios, asociaciones vecinales, culturales, institutos o colegios, los ciclos sobre la historia de Miranda impartidos en la propia sede del Instituto Municipal de Historia, las excursiones para dar a conocer el patrimonio de la comarca, o la presencia de los miembros del Instituto en programas de radio y televisión, pusieron al alcance de todos los ciudadanos nuestra historia y tradiciones.

Desde el IMH se apostó desde su creación por la conservación del patrimonio histórico, artístico y documental a través de iniciativas propias o encargos del Ayuntamiento. Elaboramos numerosos informes histórico-artísticos sobre la iglesia de San Juan, el puente o la plaza del mercado y tomamos la iniciativa para demandar un Museo, diseñando el primer esqueleto de salas y contenidos que debía acoger. Una de las principales riquezas patrimoniales de la ciudad es su Archivo Histórico, gestionado durante varios años por el Instituto, encargándose de su custodia, ampliación y la puesta a disposición de los investigadores desde 1983 hasta 2000 en que pasó a depender directamente del Archivo Municipal.

Para hacer visible esta preocupación por el patrimonio arquitectónico y fomentar su conservación, principalmente en el Casco Antiguo de la ciudad, el Instituto creó el premio Raimundo Porres en diciembre de 1984. El primer galardonado fue Antonio Soto, propietario del Bar Rubens, por la recuperación del edificio en el que se encontraba ese establecimiento. Como reconocimiento a los méritos de personas e instituciones comprometidas con la cultura de nuestra tierra, el Instituto decidió fundar más tarde otro galardón: el premio Teodoro Sáez. Fue concedido por primera vez el año 1986 y lo recibieron entre otros Dionisio Díez, Fidel Angulo, Antonio Trueba, Juan Arranz o José Alonso.

Estos párrafos son un pequeño recuerdo de casi treinta años de la vida del Instituto Municipal de Historia y de las personas que, durante todo ese tiempo, consiguieron que Miranda de Ebro contara con una institución cultural de enorme prestigio. Sus publicaciones y actividades además del buen recuerdo dejado en los mirandeses son su importante legado cultural a nuestra ciudad.