Esto supone habilitar un aparcamiento en batería en cuanto a forma, pero en el que el estacionamiento se debe hacer obligatoriamente en marcha atrás del vehículo.

Con esta medida, según explican los concejales de Obras, Adrián San Emeterio, y de Seguridad Ciudadana, Pablo Gómez, se gana en seguridad y se evitan personas en la calzada, ya que los maleteros de los vehículos siempre quedan hacia la acera haciendo la carga y descarga más segura.

También facilita la incorporación inmediata a la circulación disminuyendo el número de maniobras, y en el caso concreto de esta calle contribuye a la reducción de la velocidad debido al estrechamiento de la calzada. Y es que donde antes había dos aparcamientos en línea, ahora hay uno en línea y este de batería invertida. Por ello, queda disminuida la distancia entre ambas zonas de estacionamiento, lo que conlleva una reducción de la calzada, y contribuye a la disminución de la velocidad.

A las ventajas se añade el incremento de la visibilidad.

Este nuevo estacionamiento quedará indicado con una señal vertical que se instalará al efecto.

La actuación forma parte de la intervención de pintado de zonas de aparcamiento y pasos de peatones que se está ejecutando y que permitirá aumentar el número de plazas en 31 en total sumando las que se generan en las diferentes zonas de intervención.

“Si bien esta es la primera vez que se hace un aparcamiento de batería invertida en Miranda, la intención del equipo de gobierno –explica Pablo Gómez – es aumentar su número en aquellas calles cuya configuración lo permita”.